Buen partido del Almagro CF que pagó el golpe del gol de Mario. El CD Marchamalo controló el encuentro y la «fortuna» bajo palos.
David Martín fue fiel de inicio a su equipo tipo de toda la pretemporada. Astillero, De la Hoz, Juanpe, Carlos, Guti, Gascón, Rivero, Ureña, David Sevilla, Martín y Chendo formaban el primer once de la temporada que debutaba en el día de hoy ante el CD Marchamalo en el Manuel Trujillo.
Cuando uno tiene enfrente al equipo gallardo sabe que le partido nunca va a ser fácil, y que sobre todo los pequeños detalles van a ser los que decidan cada partido. Los rojillos querían agradar en el debut liguero ante su afición. La inspiración de David Sevilla tenía que ser clave para intentar llevarse el encuentro. Una jugada personal suya estuvo a punto de convertirse en gol, recibe un balón al hueco y tras un regate seco dentro del area, se queda solo y da el pase de la muerte a Martín que la envía por encima de la portería defendida por Tomás. Ureña tuvo varias, una de ellas rozando el palo y otra tras un gran pase de Sevilla era atrapada por el portero. Presión en media cancha que provocaba que hubiera faltas al borde del área que siempre creaban peligro. A balón parado parecía que los de Martín podían adelantarse en el marcador.
Pero el partido no era un monólogo del Almagro, el toma y daca dejaba ocasiones claras para los de Marchamalo que en varias ocasiones no convirtieron gol gracias a un gran Astillero en la mayoría de los casos, y al palo en una de las ocasiones más claras de la primera mitad. Con 0-0 se llegaba al intermedio.
Tras la reanudación llegaba el zarpazo que dejaba mudo el Manuel Trujillo. Mario recogía un balón que parecía sin opciones y se plantaba en un uno contra uno claro delante de Astillero al que acababa batiendo. Era el 0-1 que ponía muy cuesta arriba el debut liguero.
A partir de ese momento la presión en el área visitante era constante, al igual que constantes eran las ocasiones…Martín, Gascón, Ureña, el propio Sevilla que aprovechando un rechace disparaba con la zurda y cuando la grada cantaba gol, el balón era despejado por un defensa bajo palos. Carlos García tuvo otra clarísima con una chilena, pero era imposible, o el sino visitante era dejar su puerta a cero. El equipo verde jugó a lo que sabía y se acababa llevando el encuentro.
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
El Carrión salvó los muebles en el último suspiro ante el Almagro
