El Almagro C.F. se dio una nueva oportunidad para conocerse mejor a si mismo. Buen partido, tras el cual, se espera que comience la remontada.
El Almagro Club de Fútbol vuelve a soñar despierto consigo mismo. Buen partido, buen resultado y conjunción con la grada. El Manuel Trujillo ha vuelto por fin a ser talismán en un momento clave apagando la racha del Toledo B y cerrando un ciclo de partidos negados en casa que abren un abanico de posibilidades de cara a todo lo que está por venir.
David Martín volvió a salir con todo lo que tiene. El equipo funcionó muy bien en la primera mitad. Buena circulación de nuevo de balón, como ya sucediera en Azuqueca, y mucha más confianza de los jugadores a la hora de pedir la pelota.
El primer gol llegaba al filo del descanso. Martín, muy activo durante la primera mitad, ejecutaba un lanzamiento lejano con gran maestría batiendo a Nucho. Los rojillos obtenían recompensa en una primera mitad en la que merecieron mucho más de los obtenido hasta descanso.
Tras la reanudación, fue el filial toledano el que salió mordiendo. No es casualidad que el equipo de la Ciudad Imperial sea tan incisivo en ataque y haya conseguido resultados importantes este año. Pero la efectividad de la zaga almagreña en los cruces, evitó que el empate llegara al marcador.
En otros partidos hemos hablado de la mala fortuna en algunas acciones en contra de los de David Martín. Hoy la torna cambió. La diosa estuvo de parte de los encajeros en el gol que sentenciaba el partido. Un balón al centro del área era cabeceado por Santana y la defensa del Toledo acababa introduciendo el balón en propia puerta. Era el minuto 77 y la victoria por fin se iba a quedar en casa esta temporada.
Boro jugaba también unos minutos en este choque debutando oficialmente con el Almagro tras su reciente fichaje. Finalmente se respiró hondo y se disfrutó de la victoria con estallido de alegría tras el pitido final del colegiado. Tres puntos «muy ricos» para los rojillos.
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