El Atlético Levante no perdonó en la Ciudad Deportiva. Gran triunfo ante su afición que le saca del descenso y alarga la racha otra semana más.
Es para quitarse el sombrero. El trabajo que está realizando Carlos Granero con estos chavales es espectacular. En un banquillo la paciencia no es una virtud que se suela tener o que al menos a los técnicos les dejen tener. Pero en este caso, la confianza del míster por su equipo está a prueba de bombas.
Hoy el filial granota no perdonó en su partido ante un difícil rival como la Llagostera. Manteniendo su defensa de cinco, salió a por todas y hoy si, la puntería estuvo del lado levantinista. Hacen a los dos minutos escasos conseguía adelantar a su equipo en el marcador. No sucede habitualmente con este equipo, pero el filial se adelantaba primero y tendría que gestionar el resto del partido con ventaja en el luminoso.
Y la verdad es que se acostumbraron rápido ya que en el 24 el colegiado del choque pitaba una cesión ilegal a Moragón. Con la pelota dentro del área, el balón era tocado hacia Gabri Izquierdo que de buen disparo colocaba el 2-0 cuando no se llevaban disputados ni 30 minutos de partido.
Como es lógico, con esta ventaja, era muy difícil que el Llagostera consiguiera remontar. Y menos ante el equipo menos goleado del grupo. Su defensa de 5 es impenetrable y está demostrando ser de las más fiables de los cuatro grupos de la Segunda División B.
Tras esta importante victoria en casa toca pensar en el partidazo del próximo fin de semana ante el Hércules Club de Fútbol donde se intentará conseguir el décimo partido consecutivo sin perder. Partido complicado en el que los de Granero tienen mucho que ganar en su visita al Rico Pérez de Alicante.
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